Ante las dificultades de tener un acceso más personal (privado) con las asistentes, la presente pesquisa, decidí complementarla con charlas informales, manteniendo el anonimato de ellas . Estas charlas con ellas, se efectuaron entre los meses de mayo, hasta el mes de julio de 2008. Lo que describo en las siguientes líneas, resultan ser ciertos datos generales de algunas de las mujeres que forman parte de la unión femenil bautista misionera Otta G. Walters. No tuve la oportunidad de determinar una muestra o algo similar, simplemente me adapté a las posibilidades que la sociedad religiosa me ofreció. Mis intereses y percepciones se nutren teórica y conceptualmente en los capítulos que van del primero al cuarto principalmente.
Al respecto, procuré indagar acerca de las razones que las incitan a pertenecer en dicha unión. Me interesó rescatar la representación simbólica que la unión les ofrece, así como los aspectos periféricos que surgen como resultado de reunirse a la "femenil", pero sobre todo, aquello que les da identidad, es decir, lo que ellas piensan que las hace diferentes de las mujeres que les rodean o conocen, así como los elementos que ayudan a la construcción de la misma.
Al mismo tiempo, me propuse rescatar la función que cumple la unión femenil en medio del proceso migratorio explicado a profundidad en el capítulo IV de esta tesis. Así que fue importante saber el lugar donde provienen, los motivos que la llevaron a vivir allí, los lugares que han visitado, entre diversos detalles que nos pueden clarificar sus experiencias previas en otros espacios y los cambios y persistencias que notan en el nuevo lugar. Quise comprobar si influye la iglesia o la unión femenil, en un proceso de cambio religioso, para con las mujeres que emigran de las comunidades o alguna ciudad en especifico, o de plano significa algo más para ellas. Inclusive, conocer si la unión femenil, bien puede ser el medio para obtener algún bien, sobre todo simbólico.
Aunque me atrevo a efectuar algunas acotaciones sobre los comentarios de ellas, es en el apartado XI, titulado: Consideraciones finales, donde me propongo a manifestar mis análisis, mezclando lo ya plasmado en las secciones posteriores de este escrito.
6.7.1 Caso 1 Alberta López Edad: 58 años
Proveniente de un poblado cercano a Miahuatlán (a media hora de distancia/sin especificar lugar). De "cuna católica", decide volverse bautista a partir de su experiencia laboral con una médica de origen norteamericano (no era Walters). La médica le enseñó los menesteres de la atención y cuidados de salud (auxiliar de enfermería), así como a leer y escribir. Durante este proceso también perfeccionó aspectos referentes a la preparación de alimentos (cocina), entre otros puntos sobre limpieza, orden y disciplina para la vida laboral, social y moral. Al respecto de la unión femenil, ella opina: Yo vengo aquí para escuchar de la palabra de Dios y crecer junto con mis hermanas, en el espíritu de Cristo. Es bonito escuchar palabras de aliento y de Dios, cuando una tiene problemas. Entre semana atiendo a mi familia, pero el martes nadie me lo toca, es como un día especial, mis hijos ya saben que es el día que me toca ir con la "femenil". Para el caso de Alberta, según me cuenta, la mayor parte de su familia es cristiana (no católica), aspecto que le da mucho orgullo y bienestar. Aunque no siempre fue así, ella fue la primera en convertirse; insultos, asedios, y presiones, eran el pan de cada día para ella, por parte de su familia.
Cuando llegó a Miahuatlán, buscó rápidamente una iglesia bautista donde pudiera congregarse. La cercanía con el grupo, le brindó un sentimiento de seguridad, así como de arraigo ante un lugar que desconocía. Aunque Alberta no dijo la edad en que arribó a Miahuatlán, me dio a entender que ya no era una niña. De alguna manera "la femenil" resultó una especie de plataforma social, que la auxilió durante el proceso de asentamiento del lugar.
Ser cristiana para ella (evangélica, más que protestante), es sinónimo de honestidad, de hacer bien las cosas, no andar como las otras en las calles, sin un rumbo. Alberta considera que sabe la Verdad, o sea conoce de Cristo, y eso le impide ser como antes, como cuando era católica, era del mundo y hacia las cosas de allá fuera (refiriéndose a las personas que no se congregan en su iglesia).
Yo no sé las demás, las de afuera, pero yo si tendré vida eterna, lo declaro por fe. El sentimiento de pertenencia e identidad cristiana, lo tiene más que claro, no titubea en repetirlo. Mi vida no es perfecta, pero si Dios está conmigo, ¿quién contra mí? Desde luego que ella está convencida, al igual que sus compañeras de vivir una verdad irrefutable, considerando que su fe, es la única e indiscutible.
Alberta goza de un importante reconocimiento de la feligresía bautista. Las y los creyentes se dirigen a ella con mucha admiración y respeto, ya que consideran que su testimonio y ejemplo de vida, es digno de seguirlo. Fue una de las mujeres que más interesada estuvo sobre mi acercamiento a investigarlas, destacando su porte de mujer firme ante su fe y convicciones espirituales. Procuraba interrogarme sobre aspectos referentes a la salud sexual y reproductiva; quería transmitir estas enseñanzas a las mujeres de su familia, ella no quiere que ellas vivan en la ignorancia a la que se le condenó en su juventud. Ella piensa que ser bautista o cristiana, le abrió las puertas un nuevo mundo, de conocimiento, no sólo de Dios, si no de otras áreas y aspectos de la vida.
6.7.2 Caso 2 Susana Rodríguez Edad: 36 años
Oriunda de Miahuatlán, divorciada. A su cargo se quedó el cuidado y manutención de una hija (8 años) y un hijo (12 años). Separada de su "marido (probablemente vivía en unión libre, no especificó circunstancia)". El motivo de su separación tuvo que ver con violencia intrafamiliar (él, la violentaba física, simbólica y emocionalmente). Docente a nivel preescolar. Es cristiana (evangélica) desde nacimiento. Solvente económicamente.
Ha vivido en los Estados Unidos de Norteamérica. Los motivos que la llevaron allá, los resume en "personales". Ella resulta ser una mujer más cosmopolita, pero nada presuntuosa. Moderada al hablar, pero muy concisa en sus opiniones, siendo un pilar importante para la unión femenil y la misma iglesia.
Hay algunas personas, dice Susana, que no me agrada su presencia, son como muy cerradas en la reunión, pero existen otras hermanas que mis respetos, aprende mucho una con ellas, hacen sentir bien. No te juzgan, ni te molestan. Cuando tuve mi problema con mi marido, muchas me apoyaron, nunca olvidaré su ayuda .
Considera a sus compañeras de la reunión como su familia, ellas me comprenden y oran por mis necesidades, nadie había hecho esto antes. Al respecto de su vida como "madre soltera " opina: Sería más difícil seguir esta vida sin la presencia de Dios en mi vida, el Señor y su palabra han sido como un padre para mis hijos y un esposo y padre también para mí.
Los estudios y el tipo de profesión que ha llevado, le permiten tener una labor más integral al interior de la "femenil". Participa activamente en las reuniones, opina, sugiere y diserta cuando no le parecen las cosas. Pero no siempre ha sido así. Yo era más callada y temerosa. Dios me ha fortalecido, ahora puedo decir lo que me gusta y lo que no, sin temor. Aquí he aprendido muchas cosas, a como valerme por mi misma.
En su trabajo procura ser muy activa en términos de evangelizar, brinda apoyo a sus compañeros/as de trabajo, etc. Se ha hecho muy solidaria con las mujeres que sufren de problemas similares a los de ella en antaño (violencia intrafamiliar). Yo quiero darle a las demás o al menos que se enteren de lo que Dios puede hacer con sus vidas. Es lo menos que me toca, siendo hija de Dios.
6.7.3 Caso 3 Petra Álvarez Edad: 35 años
Es originaria del Istmo de Oaxaca, ha vivido en varias partes del Estado debido al trabajo del su esposo (militar). Dedicada al trabajo doméstico, madre de 1 hija de 3 años. De cuna católica, lleva un poco más de 5 años de ser bautista, lo hizo en Miahuatlán. Venir a la femenil es de mis pocas distracciones en este pueblo, aquí aprendo, desde la oración y de la Biblia, hasta recetas de cocina, consejos de cómo atender a mi marido y cuidar a mi chiquita.
Petra es relativamente nueva como cristiana. Pero muy comprometida con sus labores y reuniones en la Iglesia y la "femenil". Me confesó sus temores sobre su inexperiencia en las labores domésticas y "actividades propias de su sexo". Yo me he dado cuenta que una, cuando anda en el mundo, no sabe como ser mujer. Mis padres me decían unas cosas, pero yo no quería atender a eso. Fue hasta que me casé, que me di cuenta cómo son las cosas y lo mucho que me hace falta por aprender. A veces se me enferma mi hija y no sé pa´ dónde jalar. Aquí en "la femenil" me ayudan las hermanas, me dicen de tecitos y remedios caseros pal´ cuidado de mi nena. Ella tiene el nivel de estudios medio superior, y siempre le ilusionó poder estudiar la universidad, pero me casé, y ahí terminó todo. Considera que las enseñanzas y preparación que recibe en "la femenil", es una especie de estudios que no sólo la capacitan para su vida espiritual, si no también para su vida familiar y social. Doy gracias a Dios por haberme encontrado esta Iglesia, y mis hermanas de "la femenil" Dios y ellas me dan fuerzas y palabras de aliento para crecer como una mejor mujer.
Una cuando llega a un nuevo lugar, necesita de amigas, de personas que te tiendan la mano. Estar en casa todo el día, sin tener con quien platicar, es muy difícil y aburrido. Aunque ella cuenta con su hija y la visita de su marido, quien se ausenta seguido por el puesto que desempeña en su trabajo, requiere de actividades y amigas que la hagan sentir útil, distraerse, pero al mismo tiempo sean quehaceres que consienta el marido, libres de sospecha o motivo para creer que no se anda de "loca", "provocando rumores" o "se deshonre a la familia", pero sobre todo a él.
6.7.4 Caso 4 Leticia Orozco Edad: 52 años
Comerciante (elabora frituras, papas fritas, etc.), originaria de un poblado perteneciente al distrito de Miahuatlán. Tiene unos 8 años como bautista. Solvente económicamente (aunque con bajos ingresos). Madre de 2 hijas (una de 12 años, otra de 15) y un hijo (10 años). La femenil me ha traído muchas cosas buenas, nunca había estado en una reunión de mujeres, aquí me ayudan a ser mejor persona, me enseñan muchas cosas…de cómo ser cristiana, de cómo ser buena madre, ser una buena hija de Dios. Yo era media burra para tratar a la gente, aquí me enseñan a comportarme a ser una buena mujer. Cuando mi marido me dejó ellas me ayudaron en mi soledad. Oramos mucho y el Señor me ayudó mucho.
Yo llegué muy nueva (joven) a Miahuatlán, me daba miedo aquí, en la iglesia agarré confianza, Dios me dio amigas y gente que me apoyó, eso me gustó mucho, por eso yo invito a la gente de fueras, para que entre, aquí no hay soledad…También da marido, si una le pide con fe, Dios da todo lo que se necesita para la vida.
El caso de Leticia, puede ser tomado como una muestra promedio del tipo de mujer de la región, con un nivel básico de estudios (primaria trunca), se vio obligada a llegar a Miahuatlán en busca de trabajo. Ella considera que es una mujer muy diferente desde que conoció de Cristo. Cuando era católica, andaba perdida en el mundo, no sabía de todos los regalos que Dios me tenía preparado. Ahora soy una mujer trabajadora, puedo dar mejor testimonio a mis hijas, que se comporten como dice la Palabra, y no anden como otras muchachas, de locas tomando y con los novios. Yo quiero que ellas tengan una mejor vida, más libre…conociendo de Dios tenemos libertad, ya no andamos con ataduras del mundo…ser cristiana es ser libre.
La idea fundada en los preceptos bíblicos, sobre la libertad, bien puede diferir de lo que las sociedades posmodernas creen. Parece ser, que para el caso de Leticia, su idea, se basa en el conocimiento de las "promesas por parte de Dios", tales como la vida eterna, el perdón de los pecados, la ayuda y guía ante las encrucijadas de la vida. La relación con su familia fue mala, ella no tenía derecho a interrogar las cosas que le parecían importantes o necesarias, este asunto se agudizaba, debido a que su Padre y Madre, no contaban con estudios, o conocimientos que pudieran potenciar alguna especie de orientación para con ella. Leticia piensa que su vida actual, es mejor que la que tuvieron su mamá y papá, ella sabe de la verdad, la luz y el camino para llegar a Dios. Mis hijas ya son salvas, aceptaron al Señor en su vida, hace poquito, yo estoy segura que mi marido pronto vendrá a los pies de Jesús. Ahora tengo fe y eso es lo que más cuenta en el mundo.
6.7.5 Caso 5 Cinthia Ramos Edad: 32 años
Trabajo domestico (Ama de casa). Miahuateca. Dependiente económica de su esposo. Madre de una hija de 4 meses. Yo me acerqué al Señor porque mi marido toma mucho. Mi mamá se murió cuando era yo chiquita y nunca conocí a mi papá. El pastor (Carlos Morales) ha sido como un papá para mí, la hermana Elba Pérez (esposa del pastor) como una mamá, mis compañeras en "la femenil" como mis hermanas. Aquí encontré la familia que nunca tuve. Yo na´más aprendí a leer y a escribir viendo, a punta de golpes. Las hermanas en "la femenil" me han enseñado más de la escritura y a leer con la Biblia. Es muy importante eso, pa´que no te hagan mensa. Mi marido sigue igual, a veces deja de tomar unos días, pero ya no me pega. Yo quiero que mi hija si crezca con familia, y sabiendo del Señor, no como yo, ahí na´más, a la buena de Dios. Desde chiquita he tenido que trabajar para mantenerme, por eso no pude estudiar, pero en la femenil aprendo muchas cosas, me siento como importante, sobre todo cuando ayudamos al prójimo y a las hermanas que todavía no conocen de la palabra .
Las narraciones de Cinthia en torno a su experiencia marital, son impactantes en términos de la violencia que su esposo ejercía con ella. Ella argumenta que la situación ha disminuido, ya que él se ha dado cuenta de que Dios está con ella. La siguiente aseguración resulta medular al respecto de su sentimiento de pertenencia y nueva identidad como cristiana evangélica: Yo ya no ando de católica y en el mundo, como antes, ahora soy una nueva criatura, en las Escrituras y "la femenil" nos enseñan a ser diferentes, a dar buen testimonio…eso lo sabe mi esposo, yo creo que por eso casi ya no me grita y ni pega.
Se puede notar en el testimonio de la Señora Ramos, la diferenciación entre lo que ella consideraba que era (una mujer católica y mundana, sinónimo de algo negativo) y la nueva criatura (haber aceptado a Cristo y ser "una Nueva Criatura"). Es trascendente, para ella y otras más, el ritual de la oración de efectuar una oración que da paso a su nueva vida en Cristo. Más trascendente aun, es la postura que dice ella, asume su marido. El respeto que impone su nueva vida religiosa y espiritual. Caso que se presenta en más de una ocasión en los testimonios expuestos.
Aquí (se refiere a la reunión de la "femenil") viene mucha gente de fueras, eso me gusta, una aprende nuevas cosas, de cómo viven en sus tierras, de otras cosas. Yo luego me aburro en la casa, la televisión no tiene cosas buenas, puros problemas, novelas feas. Aquí se enseña una con la verdad, para no andar como antes, a salir adelante.
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